01 abril 2011

D. José Ortega Sáenz-Diente y el Gran Pleito

Don José Ortega Sáenz-Diente, nació en Saleres, provincia de Granada, el día 7 de Octubre de 1.846. Falleció en Cuenca, el 16 de Abril de 1.916.
    Fue Inspector del Cuerpo de Abogados del Estado y también fue Diputado a Cortes, estando el mismo en posesión de las Cruces de Carlos III y Mérito Agrícola. Padre adoptivo de Villanueva de San Carlos (Ciudad Real), por defender a este pueblo en un importante pleito. Y además se acordó que una fotografía de DON JOSÉ ORTEGA, esté siempre presidiendo el despacho del Sr. Alcalde, además de dedicarle una calle la más céntrica del pueblo.
   
                José Ortega Sáenz Diente, fue bautizado el día 9 de Octubre de 1846,  en la Iglesia de Saleres. Hijo legítimo de D. Pedro Ortega,  labrador y de Dª. Francisca Sáenz- Diente su legítima mujer, ésta natural de Restábal y ambos vecinos de Saleres. Sus abuelos paternos fueron D. Alejo Ortega y Dª. María Antonia Ballejo y sus abuelos maternos fueron D. Manuel Sáenz- Diente y Dª. María Espadas vecinos de Restábal, fue madrina Dª. Josefa Ortega.
                Los padres de José Ortega; Pedro Ortega y Francisca Sáenz Diente tuvieron dos hijos más: Juan Pedro y Manuela. Vivieron durante muchos años en la casa  de la calle de la Fuente nº 6 de Melegís, que heredó Otilia Ortega de su madre Ana Ortega, que tiene un escudo de los Caballeros de Miras y Calafar, caballeros emparentados con los Sáenz – Diente.
                Juan Pedro hermano de José Ortega, tenía bastantes tierras y vivía holgadamente del campo, se casó con Carmen Roldán- Morillas y tuvieron dos hijas: Encarnación y Ana. Heredó de sus padres la que hoy conocemos como Casa de “El Sano”, entre otros bienes.
                La hermana Manuela se casó y se fue a vivir al Padul, me consta que vivió en el  edificio de la Noria.
José Ortega se dedicó al estudio y hizo  la carrera de Derecho, dedicándose a la abogacía, no tuvo hijos, aunque al parecer se casó, sin que pueda confirmar totalmente este dato. Heredó de sus padres entre otros bienes, las huertas de detrás del panteón antiguo de Melegís.

Para hablar de todo lo que hizo José  Ortega Sáenz- Diente con un poco de precisión necesitaríamos rellenar varios libros. En este artículo para ir desglosando la personalidad y la bondad de este gran hombre  de El Valle, me gustaría contar un importante pleito que defendió y ganó a favor de la localidad de Villanueva de San Carlos (Ciudad Real),
                En este pleito según el Procurador Juan Samper presente en la Primera Instancia del mismo:  “Se  trataba de privar a un pueblo de más de 200 vecinos de todos los medios de vida, o de darle lo que en justicia no se le puede negar, se trataba de si tiene derecho ó no tiene derecho este pueblo al disfrute de sus terrenos de labor y pastos correspondientes, en términos tales, que de no prosperar la demanda incoada por dicho pueblo en el año 1.881, este no solo quedaría privado de todos sus terrenos de labor, pastos, leñas, etc. Sino que perdería todas sus casas, su Iglesia, su Camposanto, su propia jurisdicción y su independencia.”
                 Pero retrocedamos al origen y causas de tan desastrosos acontecimientos. En  el año 1.769, por sanción de S. M. El Rey, Don Carlos III, se ceden en arrendamiento perpetuo o censo enfitéutico a 68 vecinos del pueblo, para que los roturasen y dividiéndolos en suertes los aprovechasen ellos y sus descendientes a pastos y labor, mediante el canon anual de 10.400 reales.
    Además, se les dio Real autorización para que construyesen 30 casas, pero ellos en vez de 30, construyeron 90, y como en aquel entonces, año de 1.769 a 1.773, España estaba tan despoblada, estos labradores, viéndose con 90 casas construidas, pidieron a Carlos III, que les diesen independencia y jurisdicción propia, y el Rey,  no sólo se lo concedió, sino que le puso el nombre de Villanueva de San Carlos.
                 Pero nadie en absoluto podría sospechar que andando el tiempo se  les privara a este pueblo a los 72 años de venir en posesión quieta y pacífica, pagando todas sus contribuciones, su canon anual de los 10.400 reales, del producto de todo su trabajo, echado en desbrozar aquellos bosques y construir una población, para después tener que abandonarla.
                Pues absurdo y todo, en el año de 1.841, una  comisión de ventas de bienes nacionales, sacó estas tierras a la venta como bienes nacionales y según sostenía el Abogado del Estado, sin cargas ni gravámenes algunos. Aunque en  los Boletines Oficiales, en que se anunció la subasta de estos quintos, bien claro decía que se hallaban arrendados por tiempo ilimitado. Que interprétese como se quiera, era ni más ni menos, que la carga de un censo enfitéutico.
                Más llega el día fatal de la subasta y se adjudican al mejor postor, que lo fue Don Francisco de las Bárcenas -¿pero que es lo que se adjudica?- Pues sencillamente lo que el Estado tenía -¿y que es lo que tenía el Estado?- El anuncio de subasta o Boletín Oficial lo dice, ni más ni menos que el dominio directo, o sea, el derecho a cobrar 10.400 reales anuales. Pero como el comprador Don Francisco de las Bárcenas, no quiere entenderlo así, aquí empieza la pasión y el calvario de este desgraciado pueblo.
                De entonces los Barcenas promovieron mil y mil litigios, en unos fueron vencidos y en otros vencedores, pero con tantos pleitos, tantos desahucios, tantas denuncias, tantos expedientes, y tantísimos interdictos, el pueblo viene a la miseria, y al llegar a este desgraciadísimo estado es por último despojado de todos sus terrenos y término, en tales circunstancias les fueron embargadas todas las casas para pagos de costas en los años 1.873 y 1.881.
                Tal como manifiesta D. Diego Molina Camacho, historiador del tema: “Debió ser un año de luto el de 1.880 para el modesto vecindario. Vencidos en el Juzgado y vencidos en el Ministerio, parece un milagro que tuviera y conservarán fe en sus derechos. Sin duda el amor a la buena tierra les diera las fuerzas para proseguir su lucha. Una lucha que era por la defensa de la buena tierra que ellos habían creado con el esfuerzo de varias generaciones. Pero ese año aciago de 1.880 marca en Villanueva de San Carlos el hito de un heroísmo civil, nada conocido, y sin embargo, puede servir de ejemplo en la historia social de España. Un vecindario contra una burguesía avasalladora y una administración corrompida, poniendo su fe y su esperanza en las resoluciones de los Jueces.  En este año, el pueblo queda reducido a un desconsolador y triste estado, les son embargadas las casas, vienen completamente a la miseria por tener que hacer frente a tanto pleito, a tantos desahucios, a tantas denuncias, tantos expedientes y tantísimos  interdictos, unos ganados y otros perdidos. Motivo por el cual se llega al Gran Pleito.
                 Perdidas las esperanzas para hacer frente a Los Bárcenas, el pueblo tiene la gran suerte de encontrarse con el Abogado y rico propietario DON JOSÉ ORTEGA SÁENZ _ DIENTE, que compadecido al oír la historia que le contaba el Alcalde, y comprobada la miseria y la opresión del pueblo, que no encontraba quien lo defendiera por ninguna parte, decidió tomar sobre sí el trabajo inmenso de un pleito de tan enorme trascendencia, y, además con tanta generosidad y comprensión de no cobrar sus honorarios, ni del resto de intervinientes en el pleito, supliendo él todos los gastos, y en toda la trayectoria de litis, hasta que no se concluyera únicamente con el éxito y el triunfo, no teniendo que pagar nada los vecinos si se terminaba con la desgracia y pérdida del proceso”.
                La demanda ordinaria civil de mayor cuantía  se perdió en primera Instancia y desde su inicio habían transcurrido 22 años,  se gano  por el pueblo en apelación a la Audiencia de Albacete, pero fue recurrida por los Bárcenas ante el Tribunal Supremo, obteniendo el pueblo un rotundo éxito en esta instancia, prevaleciendo así los intereses y derechos del vecindario, dotándolos de una calificación jurídica incontrovertible.
                A lo largo del desarrollo del Pleito, se nombró, por el Ayuntamiento y sus vecinos a DON JOSÉ ORTEGA SÁEZ-DIENTE, como "Padre Adoptivo" de Villanueva de San Carlos, por que como se reconocía en reunión extraordinaria de todos los vecinos, el 22 de Junio de 1.908, bajo la Presidencia del Sr. Alcalde, Don Antonio Molina, había sido el abogado único director y gestor permanente y celosísimo durante siete años, liberando al pueblo de lo único que tenía, que eran penas, sufrimientos y persecuciones.
                También se acordó que una fotografía de DON JOSÉ ORTEGA SÁENZ-DIENTE, esté siempre presidiendo el despacho del Sr. Alcalde, además de dedicarle una calle la más céntrica del pueblo.
                En 1903 José Ortega escribió “Pleito de Villanueva de San Carlos o el Pardillo” editado en Cuenca.
                Además de su trabajo como Abogado andando el tiempo fue Inspector del Cuerpo de Abogados del Estado y también fue Diputado a Cortes, estando el mismo en posesión de las Cruces de Carlos III y Mérito Agrícola, de todo esto se puede hablar en sucesivos artículos si  los lectores lo consideran interesante el tema.
                Falleció en Cuenca, el 16 de Abril de 1.916  y  fueron a su  entierro Severiano Ruiz Roldán y Pepe Palma Pérez.
                Severiano Ruiz Roldán de Murchas estaba casado con Ana Ortega Roldán de Melegís hija de Juan Pedro hermano de José Ortega. Pepe Palma Pérez era el padre de José Palma Ortega “ El Juez”, casado con Encarnación Ortega Roldán de Melegís, la otra hija de Juan Pedro.

2 comentarios:

  1. Don José Ortega Saenz-Diente estuvo casado con Doña Dolores Cerdán Ballesteros

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